Presentación de la instalación ‘Transferencias (iberoamericanas)’

Presentación de la instalación ‘Transferencias (iberoamericanas)’, acción experimental que se llevará a cabo en Asunción, Paraguay, durante la XI BIAU —Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo—, entre el 6 y el 11 de octubre de 2019.

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Fundación de Arte y pensamiento Martín Chirino. Castillo de la Luz
Miércoles 2 de octubre de 2019 a las 19:00 h

La acción será presentada por el arquitecto José Antonio Sosa (Alonso + Sosa Arquitectos)

Cada ciudad tiene su sonido propio; como una música cambiante que la identifica tanto como lo hace su luz, su forma o su olor. El sonido forma parte de esas sensaciones invisibles que identificamos cuando llegamos a ella, o al ver una película rodada en su interior.

De todas las características propias de una ciudad, quizás sea el sonido el que mejor expresa el tiempo y el lugar; se hace eco de sus gentes, del vocerío del mercado o del silencio de la noche, de sus acentos peculiares, del ajetreo de las calles, del vendedor ambulante, o del afilador y su moto. Cambia, y seguirá cambiando, con cada nuevo sistema de transporte, con la peculiar manera de conducir de sus habitantes, con el traqueteo de los tranvías, el aullido de sus sirenas en cada ciudad diferente, o el rugido de los camiones. Pero también, y muy homogenizador, del sonido de los automóviles, a veces trepidante y molesto y otras apaciguadoras como el ritmo de un oleaje cercano.

El sonido de la ciudad dibuja los diferentes espacios de la misma: reproduce en el eco distante la geografía de sus montañas, o la extensión de su plataforma llana; ruge con más rabia en las calles más pendientes, retumba en los soportales, señala el vacío de las calles más estrechas, se multiplica en las fachadas más altas de sus avenidas, o se apacigua entre los arboles más frondosos.

Nunca hay silencio en la ciudad. Detenido el tráfico, queda el mismo sonido de siglos anteriores, del viento o de los animales, del perro que ladra desconsolado, del trinar o el arrullo de los pájaros al amanecer, del gallo loco de la madrugada, de la paloma o los animales de tiro que aún quedan en ella.

El sonido de la ciudad es su latido, su respiración, su voz y sus gritos. Forma parte de sus espacios públicos, de su modo de relacionarse.

Transferencias Sonoras es una acción experimental que trata de combinar el espacio público urbano con el espacio instantáneo y global de la comunicación. Produce un solapamiento entre varias ciudades a través del sonido de sus calles emitido en tiempo real. Entrecruza dos narrativas sonoras en simultaneidad: los ritmos de sus gentes, del tráfico más o menos ruidoso, de sus ecos y resonancias.

Propone hacer audible el latir de cada ciudad y provocar cierta reflexión sobre la diferencia entre diversas ciudades que componen el arco amplio del espacio iberoamericano a través del dibujo invisible de sus calles. Trasladar el sonido de una ciudad a otra, es solapar sus calles y sus gentes.

Se trata de transferir el sonido de una calle cualquiera de Ciudad de México, Las Palmas de Gran Canaria, Lima, Lisboa, Quito, San José o San Salvador en tiempo real y en directo a la sede de la BIAU en Asunción. Reproducir correlativamente los sonidos de cada una de esas ciudades durante periodos de 56´´(dicen que es el máximo tiempo de atención de un ciudadano contemporáneo!).

Es fácil imaginar el contraste progresivo (el sonido ascenderá lentamente) que percibirá quien camina a lo largo de la instalación al desplazarse, a través del sonido, desde callejeo tranquilo de conversaciones mezcladas, a una urbe ruidosa; o a los ruidos del tráfico cotidiano de una arteria principal; o a la multiplicidad de otros escenarios posibles. Pasado ese breve tiempo, se reduce el sonido transferido, en un silencio de 34”, que recupere el ruido de fondo habitual de Asunción. Ese ciclo (ciudad transmisora –ciudad receptora) se repite a lo largo de determinados momentos del día, de forma programada y cambiando de ciudad.

Al tiempo que se emite el sonido de una de las ciudades elegidas en Asunción, se produce una simetría sonora en la ciudad transmisora. Allí llegará también en tiempo real y de modo reciproco, el sonido de una calle de Asunción. Ambas ciudades quedaran unidas así por transferencias sonoras mutuas durante periodos alternos de 56” de sonido y 34” de silencio.

Se trata de solapes sonoros entre geografías diversas de la sociedad común iberoamericana. En la esfera sonora será el equivalente desconcertante de andar por una ciudad con el plano de otra. De transferencias cíclicas entre tiempos y estados diversos (mientras en una amanece, en otra anochece); entre realidades comunes, pero diferentes, reconocibles por gestos minúsculos: un acento, una expresión, un grito, el murmullo de los viandantes, una sirena, el sonido más o menos intenso del tráfico, la presencia del mar, el murmullo del viento…. Se trata de una transferencia en vivo entre ciudades de Iberoamérica, pero, también, de un solape entre sus diferentes ritmos y tiempos.